Diseñados para disipar el calor presente en fluidos tales como: agua, glicoles, aceites, etc. Útiles en proyectos de refrigeración y climatización con condensación por agua recirculada, enfriamiento de motores, grupos electrógenos, transformadores, enfriadores de aceite en compresores, etc.
Se destacan por estar equipados con un sistema de control autónomo que permite regular el caudal de aire en función de la temperatura del fluido a cada instante, evitando desplazar más aire del necesario para cumplir con las temperaturas objetivo, lo que genera importantes ahorros en el consumo eléctrico.